Fundación del Monasterio

Después del entierro de la madre Antonia Lucia del Espíritu Santo, le sucedió en el cargo la madre Josefa de la Providencia.

Bajo su dirección se enfrento a un a situación económica apremiante, recibiendo ayuda de Antuñano y del benefactor José de Lorenzana fiel devoto del Señor de los Milagros cuando la madre Josefa inicio las gestiones encaminadas a conseguir la Real Célula y la Bula Pontificia para poder fundar el Monasterio tuvo que luchar y superar muchas dificultades y contratiempos. Hacia 1718 un caballero llamado Jerónimo Machado fue a visitar a la madre Josefa de la Providencia, acompañado de su esposa e hija y al enterarse que estaba iniciando las gestiones para la fundación se ofreció gentilmente a conseguir la licencia del Rey para la clausura aprovechando su próximo viaje a España y Roma.

La ansiada licencia que se encuentra en el archivo del Monasterio fue concedida por el Monarca Felipe V el día 8 de Febrero de 1720.

Años más tarde la madre Josefa tuvo la oportunidad de conocer al Padre Maestro Juan de Gazitúa de la Orden de los Predicadores, quien se ofreció gentilmente a obtener de su Santidad la Bula respectiva. Estando en Roma inicio las debidas gestiones ante la Santa Sede y el 27 de Agosto de 1727 Su Santidad Benedicto XIII concedió la ansiada Bula. Quedó aprobado entre otras cosas el uso del hábito morado y el característico modo de vestir de las Nazarenas.

Cuando la madre Josefa tuvo en sus manos la Bula Pontificia inicio de inmediato las gestiones necesarias para conseguir la ansiada clausura.

Conseguir está aprobación era considerado por la sufrida madre Josefa como coger el cielo con las manos hasta que por fin el Marqués de Casa Concha redacto la debida solicitud y el 14 de Noviembre 1729 expidió la aprobación el Arzobispado y seis días después el Virrey Marqués de Castelfuerte autorizó como patrono la respectiva fundación.