El Hábito Morado

Los Orígenes del Habito Nazareno los encontramos en la visión que tuvo Doña Antonia Lucía del Espíritu Santo, Fundadora del Instituto Nazareno, la cual tuvo la iniciativa que le fue revelada en sueños: y como consta en una de las relaciones de sus confesores ella menciona.

El color de Octubre sin lugar a dudas es el morado, el color de la santa penitencia, de la austeridad y el sufrimiento, es el color de la cuaresma; y fue el color morado el que se ha visto identificado con la devoción, en nuestra patria entera hablar de este color es sin duda hablar del décimo mes del año, y con precisión del Señor de los Milagros.

Sor Antonia del Espíritu Santo, declaro en su testamento que vistió el habito morado gracias a la licencia que le entrego el Provisor del Arzobispado el 6 de Agosto de 1677 o 1678, día en que se conmemora la transfiguración del Señor. A una pregunta del Padre Mercedario Suarez que de donde le había venido a la mente el vestir el traje que usó nuestro Señor Padre Jesús Nazareno habiendo en el mundo otros; ella respondió que nunca lo había pensado, que estando una noche en oración vio que el Señor con su túnica morada, la soga al cuello y la corona de espinas en la cabeza, llegaba hasta ella y le cortaba las trenzas de los cabellos y le ponía su túnica morada diciéndole: “Mi Madre ha dado su traje de pureza para hábito a otras almas, y yo te doy mi traje y hábito con que anduve en el mundo; estima mucho este favor, que a nadie he dado mi santa túnica”.

Una vez que volvió en sí, se vio vestida con el traje de nazarena. Esto consta en la versión transmitida hacia 1709 por el P. Fray Blas Suarez, confesor de la Madre Antonia.

Luego lo utilizaron con el paso del tiempo los mayordomos del Señor de los Milagros, es como consta en los lienzos de Don Sebastián de Antuñano y Rivas, que se encuentra en el Monasterio de Nazarenas, quien como benefactor de este Monasterio, se sintió identificado con ellas y empezó a comienzos del siglo XVII a usar el hábito. Más adelante, y emulando a las Hijas de Sor Antonia Lucía, los fieles empezaron progresivamente a usar la túnica morada.

Los caballeros usan una estilizada túnica que no es más que una pieza de tela morada con dos aberturas para los brazos, sin mangas, sobre esta se encuentra el capote en el mismo color que llega hasta la altura de la cintura, sobre el lado izquierdo va colocado un detente con la imagen del Señor de los Milagros, y sobre el cuello – bajo el capote – se encuentra el cordón blanco de reo en representación del cautiverio que Cristo pasó camino al calvario.

Las damas lucen la túnica morada poco más abajo de la rodilla, esta posee mangas y va ceñido al cuerpo por un cordón blanco, en el pecho y el lado izquierdo se encuentra el detente con la imagen del Divino Nazareno y su cabeza se encuentra velada por una mantilla blanca.