Oraciones

Oración Inicial

Señor de los Milagros, aquí vengo lleno de fe y amor por que eres mi Dios y mi Redentor.

Nos trae el amor que te profesamos y queremos junto a ti, alimentar nuestro espíritu, para servirte mejor cada día.

Nosotros creemos que Tú eres Dios como el Padre y el Espíritu Santo. Creemos que eres también hombre verdadero y fuente de vida y que tu plenitud, recibimos todas las gracias.

Creemos que te has encarnado, para que podamos conocerte y amarte como Tú conoces y amas al Padre, pero muchas veces hemos empleado las cosas que nos rodean y nuestros sentidos y potencias para ofenderte.

Perdónanos los pecados capitales y también los pecados sociales que nos hacen perder energía para servirte y para construir un mundo más cristiano.

Confiamos que tu misericordia nos dará un día el cielo y los medios que necesitamos para llegar a ti.

Te amamos, Señor de los Milagros y queremos amarte cada día más, para seguir haciéndolo eternamente en el seno de tu Padre y el amor de tu Espíritu Santo. Amén.

Oración Final

Señor de los Milagros, hemos querido acompañarte en este rato de oración, porque queríamos estar contigo. Tú nos has dicho que eres nuestro amigo porque nos has revelado los secretos de tu Padre.

Queremos aprender de tus palabras de vida eterna y para eso venimos aquí a beber la vida abundante que brota de tu corazón.

Señor de los Milagros, tenemos hambre y sed, hambre en nuestros cuerpos que sufren, pero sobre todo, sed infinita de amor que nuestra alma insaciable.

Gracias por permitirnos conocerte a Ti, al Padre y al Espíritu Santo.

Seremos evangelizadores de la verdad más grande: Jesús está vivo y el Padre no lo ha dado como Salvador.

Bendice a tu iglesia: que al Papa, nuestros obispos y sacerdotes nos enseñan incansablemente tu Palabra y que su vida ejemplar nos arrastra hacia ti.

Que nunca el materialismo, la corrupción o las sectas destruyan la fe de nuestra patria.

Has que nuestros gobernantes descubran el camino que nos lleve al progreso y a la paz estable, para que nos sea más fácil servirte. Y que cada uno pueda tener el trabajo que necesita para ganar honradamente el pan de cada día.

Y Tú, María, Madre del señor de los Milagros y Madre nuestra, alcánzanos la gracia más grande, la de amar a Jesús, para que muriendo con El al pecado resucitemos a una vida nueva que glorifique a nuestro Padre Dios. Amén.

Novena al Señor de los Milagros

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Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón el haberos ofendido. Propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas ocasiones de ofenderos, confesarme bien, y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amen.

Consagración al Señor de los Milagros

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¡Señor de los Milagros! Porque te amo, he venido a visitarte para alabarte, para bendecirte, para darte gracias por tantos favores como me has concedido.

¡Señor de los Milagros! Porque te amo, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido y con los cuales te he crucificado de nuevo en mi corazón; yo te prometo comenzar desde hoy una vida nueva.

¡Señor de los Milagros! Porque te amo, quiero amarte también presente en cada uno de mis hermanos.

¡Señor de los Milagros! Porque te amo, he venido a suplicarte como leproso del Evangelio: Señor, si quieres puedes curame. (Mc 1,40) Cúrame, Señor, de la enfermedad del pecado y de las demás enfermedades que me hacen sufrir.

¡Señor de los Milagros! Porque te amo, yo me consagro a tu servicio con mi familia, con mis seres queridos, con mis trabajos, mis estudios, mis problemas y mis alegrías.

¡Señor de los Milagros! Porque te amo, yo quiero vivir siempre contigo durante la vida, para vivir siempre contigo en el cielo.

¡Oh María, Madre la que desata los nudos! Presenta tú misma esta consagración a tu divino hijo.

Amén.

Oración a la Virgen Madre de los Migrantes

Santísima Virgen María, que en compañía de tu hijo Jesús y de San José tu esposo conociste las amarguras de la migración en tu destierro de Egipto, acompaña por los caminos del mundo a nuestros innumerables hermanos que fuera de su patria, luchan para vencer las dificultades de una vida casi siempre angustiosa y heroica.

Vela por su fe. Da aliento a su esperanza. Consérvalos firmes en su amor a Dios. Bendice el sacrificio de su partida y los esfuerzos de su trabajo.

Orienta sus pasos en el sentido de una verdadera fraternidad cristiana entre los pueblos. Que encuentren corazones generosos que los ayuden. Que sean agradecidos a los que los reciben y fieles a los que, en la partida ellos lloraron.

Dales, oh Madre, el premio de una paz basada en la justicia social y cristiana y el gozo de una patria eterna compartida por todos, en el abrazo del Padre que está en los Cielos.

Amén.

Oración a la Virgen de los Migrantes

Santísima Virgen, que acompañas por los caminos del mundo a los que expatrian en busca de trabajo y de pan. Tú que conoces también el exilio, mira piadosa nuestra condición y bendiciendo a quienes nos hospedan, vela te rogamos, sobre todo a aquellos a quienes la necesidad obliga a dispersarse, y a quienes la fraternidad ajena acoge asociándolos al esfuerzo común de los propios trabajos.

Tú María, ayuda de los cristianos, consoladora de los afligidos, sé la madre amorosa de aquél que ha sido forjado por la suerte a vivir lejos de su patria, luchando ansiosamente por sí y por los suyos, y que con frecuencia no encuentra cerca de sí a quien comprenda plenamente sus penas, reanime sus fuerzas y levante con la voz de la sangre su espíritu abatido.

Confortados por tu misericordia, socorridos por tu maternal providencia, defendidos por tu intercesión, haz, oh María que unos y otros, nosotros los emigrados, nuestras familias inquietas por nosotros, todos sostenidos por la fe, la esperanza y la caridad, caminemos en el santo temor de Dios y, sumisos a la voluntad divina, fieles a Jesucristo y a su Iglesia, gocemos de los frutos de la justicia cristiana y merezcamos la paz en el tiempo y la perfecta felicidad en los siglos eternos.

Así sea, Amén

Oración del Mes de María

Oración para todos los días del Mes

“Oh María, durante el bello mes que os está consagrado, todo resuena con vuestro Nombre y alabanza. Vuestro santuario resplandece con nuevo brillo, y nuestras manos os han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presidís nuestras fiestas y escucháis nuestras oraciones y votos. Para honraros, hemos esparcido frescas flores a vuestros pies y adornado vuestra frente con guirnaldas y coronas. Mas, Oh María, no os dais por satisfecha con estos homenajes; hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y hay coronas que no se marchitan. Estas son las que Vos esperáis de vuestros hijos; porque el más hermoso adorno de una Madre, es la piedad de sus hijos y la más bella corona que pueden deponer a sus pies es la de sus virtudes. Sí, los lirios que Vos nos pedís, son la inocencia de nuestros corazones; nos esforzaremos, pues, durante el curso de este mes, consagrado a vuestra gloria, ¡Oh Virgen Santa!, en conservar nuestras almas puras y sin manchas y en separar de nuestros pensamientos, deseos y miradas, aún la sombra misma del mal. La rosa cuyo brillo agrada a vuestros ojos, es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos; nos amaremos pues, los unos a los otros, como hijos de una misma familia, cuya Madre sois, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal. En este mes bendito, procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que os es tan querida, y con vuestro auxilio llegaremos a ser puros, humildes, caritativos, pacientes y resignados. ¡Oh María!, haced producir en el fondo de nuestros corazones, todas estas amables virtudes; que ellas broten, florezcan y den, al fin, frutos de gracias, para poder ser algún día dignos hijos de la más Santa y de la mejor de las Madres”.

Amén.

Oración Final

“¡Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y nuestra buena Madre! Nosotros venimos a ofreceros, con estos obsequios que colocamos a vuestros pies, nuestros corazones, deseosos de seros agradables, y a solicitar de vuestra bondad un nuevo ardor en vuestro santo servicio. Dignaos presentarnos a vuestro Divino Hijo, que en vista de sus méritos y a nombre de su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud; que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error; que vuelvan hacia El, y cambie tantos corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará su corazón y el vuestro. Que convierta a los enemigos de su Iglesia, y que, en fin, encienda por todas partes el fuego de su ardiente caridad; que nos colme de alegría en medio de las tribulaciones de esta vida, y de esperanza para el porvenir”.

Amén.

Oración de Sanación Interior

Amigo Jesús, mi querido Señor de los Milagros, hoy quiero encontrarme contigo, quiero que entres en mi corazón, que cambies mí vida, que cures mi alma, que sanes toda mi persona. Yo te acepto, como mi único Señor y salvador, y confieso con mi boca que estás vivo, que resucitaste de entre los muertos y estás sentado a la derecha del Padre celestial.

Yo confieso con mi boca que vas a cambiar mi existencia.

Yo creo en mi corazón que tú eres Dios, que sólo tú eres mi Señor. Te entrego lo que soy, lo que fui, y lo que quiero llegar a ser. Y estoy seguro que nada ni nadie, ni hoy ni nunca me podrá separar de ti porque me amas, porque nadie me ama como Tú.

Gracias, Señor, porque hoy he vuelto a nacer. Te pido por mi familia, por los que amo; bendícelos. Gracias, gracias, Jesús. Gracias.

Amén.

Oración Homenaje al Señor de los Milagros

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Creemos en Ti, Hijo de Dios, Hermano y Salvador nuestro. Confiamos en tu bondad y poder. Queremos amarte siempre cumpliendo tus mandamientos y sirviéndote en nuestros hermanos. Te damos gracias porque nos amas, nos atraes con tu imagen, nos acoges en tus brazos, nos guías con tu palabra y nos brindas tu perdón.

Señor de los Milagros,

te consagramos nuestras familias: consérvalas en la armonía; nuestras casas: ilumínalas con tu presencia; nuestras alegrías: santifícalas con tu amor; nuestras preocupaciones: acógelas en tu bondad; nuestras dolencias: remédialas con tu misericordia; nuestro trabajo: fecúndalo con tu bendición.

Señor de los Milagros,

te imploramos la firmeza en la fe, la fidelidad a tu Iglesia, el don de la paz y la gloria eterna. Madre del Perpetuo Socorro, recibe esta plegaria y preséntala a tu divino Hijo.

Amén.

Oración para rezar ante el Señor de los Milagros

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Amadísimo Señor de los Milagros, hasta tu presencia he venido para confiarte nuestros problemas y nuestras dolencias. Con la misma fe de la mujer que se acercó para tocar el borde de tu manto y que fue curada porque creyó, así nosotros nos postramos ante ti y te decimos desde el fondo del alma: "Señor, si quieres puedes curarnos". Tú sigues obrando maravillas y sanando los enfermos, porque Tú has asumido nuestras debilidades y cargado nuestros sufrimientos. Concédenos, pues, la gracia que hemos venido a implorarte.

(Pausa de silencio para expresarla gracia que se pide).

Sabemos bien que tu corazón se conmueve al vernos tan afligidos y desorientados, como ovejas que no tienen pastor. Tú eres nuestro buen Pastor, el que ha dado la vida por las ovejas.

Tu victoria en a muerte yen la resurrección es la mejor garantía para nuestra victoria sobre todo lo que tiene a marca del pecado, es decir, el egoísmo, la injusticia, la violencia, el dolor y la muerte.

Que tu Espíritu santificador nos haga partícipes del triunfo sobre el mal y testigos de la novedad de vida en el amor.

Misericordioso Jesús Crucificado, te alabamos, te bendecimos y te damos las gracias. Que seamos protegidos con tu bendición constante, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración al Momento de Vestir el Hábito Morado

Señor de los Milagros…,al ponerme tu hábito quiero manifestar públicamente mi fe en TI.

San Pablo dice: revístanse de Nuestro Señor Jesucristo; yo quiero que al mismo tiempo que me pongo este signo externo de mi fe.

Quiero que todos sepan que soy cristiano, y que te conozco como mi Dios y mi único Señor.

Mi alma esté en gracia, porque este es el vestido más importante y el me hace semejante a TI.

Que nunca pierda la Gracia santificante que recibí en el bautismo y si la pierdo que me confiese pronto para recuperarla.

Que me revista de todas las virtudes que me hacen agradable a TI y que pueda, toda la vida, ser un testigo tuyo entre los hombres. Amén.

La Oración del Cargador

Señor de los Milagros…, ya sé que eres mi Dios y mi Redentor que has dado la vida por mí, y que ahora estas resucitado y gloriosos. Sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso.

Como devoto tuyo y para redimirme mis pecados, quiero cargar tu preciosa Anda, porque amo tu imagen venerada que me recuerda el amor que me tienes, al dar tu vida en la Cruz.

Ayúdame a cargar todo el año las pruebas de la vida. Y a participar cada Domingo de la Santa Misa.

Y a recibir los Santos Sacramentos con respeto, que aprenda a ser solidario con mis hermanos por que algún día, Tú me llevaras al cielo para estar junto a ti, por siempre. Amén

Oración para iniciar la Peregrinación

Padre misericordioso del cielo, nos ponemos en tus manos para iniciar esta peregrinación. Dígnate protegernos constantemente, así como acompañaste a tu pueblo Israel en la travesía del desierto.

Que experimentemos que eres en verdad un Dios con nosotros, un compañero de viaje.

Sea tu Espíritu Santo el que nos guíe por los caminos del bien y nos ayude a prepararnos espiritualmente para esta visita al santuario de tu Hijo, el Cristo de los Milagros.

María, madre de los peregrinos, ven con nosotros al caminar.

Amén.

Oración durante el Viaje

Bondadoso Señor de los Milagros, que estás siempre dispuesto para recibir la visita de tus amigos y devotos, escucha nuestra ferviente plegaria.

Nos hemos puesto en camino porque queremos que toda nuestra vida sea un avanzar constante hacia Ti. Tú eres la meta de nuestra peregrinación.

Traemos en el alma muchas penas y necesitamos que nos concedas audiencia. Has dicho que hemos de insistir como el amigo inoportuno o como la viuda que reclamaba justicia (Lucas 11,6; 18,3).

Mira con benevolencia nuestra insistente oración y concédenos cuanto te pedimos con fe. Que todo cuanto hagamos y digamos a lo largo de nuestra peregrinación sea para la mayor gloria del Padre Dios y para nuestro provecho personal.

Amén.

Oración para el Retorno a la Casa

Señor Jesús, amigo fiel y seguro, ha llegado el momento del regreso al hogar. Estas horas vividas en tu santuario nos han servido para reavivar nuestra fe y para fortalecer nuestra confianza en tu poder y en tu misericordia.

Nos sentimos como Zaqueo, aquel hombre de Jericó que tuvo la suerte de encontrarse contigo. También a nosotros nos dices: 'Hoy quiero hospedarme en tu casa', porque de ahora en adelante nada nos podrá separar.

Sí, ven con nosotros a nuestro hogar, a nuestros trabajos, a nuestro vecindario. Porque estamos contigo, por eso queremos compartir lo nuestro con los más necesitados, los más pobres, los que siguen siendo la prolongación de tu presencia en este mundo.

Ven con nosotros y que nuestra casa sea desde ahora tu propia casa. Ven, que queremos que te sientas allí como en Betania, donde una familia amiga te brindaba cariño y compañía. Que así sea.

Amén.

Oración al entrar a la Basilíca

Dios Padre misericordioso, tu gloria llena el universo y toda la creación proclama tu sabiduría. Pero has querido hacerte el encontradizo en nuestro camino para demostrarnos tu amor y el deseo que tienes de salvarnos.

Con el pueblo de Israel te encontrabas en la tienda del tabernáculo y, más tarde, en el esplendor del templo de Jerusalén. Y al llegar la plenitud de los tiempos te hiciste totalmente cercano enviándonos a tu Hijo como Redentor. El es el nuevo templo, el lugar de encuentro entre lo humano y lo divino.

Hemos venido hasta este santuario de Buga para responder a la invitación que tu Hijo nos ha hecho:

Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré de sus cargas. Porque sólo Él es la palabra de vida eterna y sólo El puede dar respuesta a las preguntas angustiosas de la existencia.

Padre de bondad, concédenos la gracia de que esta peregrinación sea para nosotros fuente de gozo y de vida nueva. Que encontremos alguien que nos diga: En el nombre de Jesucristo, levántate y anda y nos podamos alzar de nuestra opresión y de nuestras tristezas. Y entremos en tu templo alabando tu ternura para con los humildes.

Envíanos la fuerza de tu Espíritu para renovarnos interiormente con tu perdón y ser como piedras vivas del templo de tu Iglesia. María, madre de Jesús y madre nuestra, acompáñanos en nuestra oración. Amén.

Oración para Rezar en el Camarín

Señor de los Milagros, hasta tu presencia hemos llegado para confiarte nuestros problemas y nuestras dolencias.

Con la misma fe de la mujer que se acercó para tocar el borde de tu manto y que fue curada porque creyó, así nosotros nos postramos ante ti y te decimos desde el fondo del alma: "Señor, si quieres puedes curarnos". Tú sigues obrando maravillas y sanando los enfermos, porque Tú has asumido nuestras debilidades y cargado nuestros sufrimientos. Concédenos, pues, la gracia que hemos venido a implorarte.

(Pausa de silencio para expresarla gracia que se pide).

Sabemos bien que tu corazón se conmueve al vernos tan afligidos y desorientados, como ovejas que no tienen pastor. Tú eres nuestro buen Pastor, el que ha dado la vida por las ovejas. Tu victoria en a muerte yen la resurrección es la mejor garantía para nuestra victoria sobre todo lo que tiene a marca del pecado, es decir, el egoísmo, la injusticia, la violencia, el dolor y la muerte. Que tu Espíritu santificador nos haga partícipes del triunfo sobre el mal y testigos de la novedad de vida en el amor.

Misericordioso Jesús crucificado, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias. Que seamos protegidos con tu bendición constante, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Súplica al Señor de los Milagros

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Señor de los Milagros, Hijo del Padre, fuente de luz y de fe, que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza, que nos envías a Tu Madre para enamorar nuestros fríos corazones, que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos por las angustias del mundo.

Óyenos Señor de los Milagros, escucha a tus hermanos aquí, juntos queremos seguirte, donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan. Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre. Nuestras almas sedientas de Tu luz solo quieren verte sonreír junto a Tu Madre.

Envíanos Tus Angeles y Tus Santos, consuélanos con su presencia celestial. Danos el consuelo infinito de saber que Tu Misericordia ve con ojos agradables nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.

No permitas que bajemos nuestras defensas contra el maligno y sus tentaciones. Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes en la entrega a Vos, nuestro Dios.

Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar a Tu Santo Espíritu en nosotros, para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.

Haznos confiados corderos de Tu rebaño, Señor, danos el abrazo de Tu Voluntad, Señor. Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos proteja.

No te alejes de nosotros, Señor, perdona nuestros errores y pecados, y nuestra falta de fe. Amén

Oración ante la Imagen del Señor de los Milagros

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Dios Padre misericordioso, tu gloria llena el universo y toda la creación proclama tu sabiduría. Pero has querido hacerte el encontradizo en nuestro camino para demostrarnos tu amor y el deseo que tienes de salvarnos.

Con el pueblo de Israel te encontrabas en la tienda del tabernáculo y, más tarde, en el esplendor del templo de Jerusalén. Y al llegar la plenitud de los tiempos te hiciste totalmente cercano enviándonos a tu Hijo como Redentor. El es el nuevo templo, el lugar de encuentro entre lo humano y lo divino.

Hemos venido hasta este sitio para responder a la invitación que tu Hijo nos ha hecho:

Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré de sus cargas. Porque sólo Él es la palabra de vida eterna y sólo El puede dar respuesta a las preguntas angustiosas de la existencia.

Padre de bondad, concédenos la gracia de que esta visita sea para nosotros fuente de gozo y de vida nueva. Que encontremos alguien que nos diga: En el nombre de Jesucristo, levántate y anda y nos podamos alzar de nuestra opresión y de nuestras tristezas. Y entremos en tu templo alabando tu ternura para con los humildes.

Envíanos la fuerza de tu Espíritu para renovarnos interiormente con tu perdón y ser como piedras vivas del templo de tu Iglesia. María, madre de Jesús y madre nuestra, acompáñanos en nuestra oración. Amén.

Oración al Señor de los Milagros para pedir Imposibles

¡Bendito seas Señor de los milagros!

Acudo a Ti con todo mi amor; primero para alabarte y agradecerte por tu entrega en la cruz. Porque aceptaste tu martirio por amor a nosotros, por nuestra salvación, aún consciente de nuestros pecados.

Hoy vengo a Ti Señor misericordioso, a clamar tu asistencia en este milagro que tanto necesito: ____

Mira mi sufrimiento Señor, y ayúdame a solucionar este gran problema de acuerdo a tu santa voluntad. Bendice mi vida Señor; mi salud, mi trabajo, mi familia, mis ingresos, mis pensamientos, mis relaciones, mis caminos, mis noches y días.

Señor de los milagros, me refugio en Ti ante esta necesidad, con la mayor fe que pueda sentir, porque Tú me has demostrado tu amor incondicional hacia mí. Me has levantado en tantos momentos de dificultad, que solo con tu ayuda he podido dejar atrás.

Tú conoces lo que necesito precioso Señor de los milagros, Tú sabes lo que significa para mi vida. Gracias Señor, porque sé que me escuchas y que tu clemencia y compasión son infinitas. Ayúdame con este milagro Señor, te lo pido con mi corazón. Necesito tu auxilio en esta situación Señor milagroso.

Tú, que has complacido a tantos desesperados por sus problemas que han acudido ante tu sagrada imagen con tanta fe. Tantos que han conocido y han sido testigos de miles de testimonios de los milagros que has concedido a quienes en Ti confían.

Te pido Señor, que me mires con piedad, que me des esta nueva oportunidad. Te necesito Señor, necesito este milagro que hoy te pido para poder tener tranquilidad. Desde ahora te doy gracias Señor, porque siento que Tu, estás aquí conmigo y que mi oración ha llegado a tu corazón.

Amén.

Oración por los Migrantes y Refugiados

Dios todopoderoso,

Millones de nuestros hermanos están en movimiento alrededor del mundo, no por elección, sino por desesperación.

Encontramos sus historias en las noticias y sus rostros en los miembros de nuestras propias comunidades.

Oramos para que podamos liderar el camino para lograr la visión de Dios de paz y justicia para todos, y de esperanza y amor para quienes están en movimiento cerca y lejos.

Por aquellos obligados a huir de la violencia, oramos para que encuentren seguridad. Por aquellos que buscan oportunidades económicas, oramos para que consigan medios de subsistencia seguros.

Por aquellos que intentan mantener y proteger a sus familias, oramos para que puedan encontrar comunidades que los acepten.

Por aquellos que buscan paz y esperanza, oramos para que encuentren, a través de nosotros, la Buena Nueva.

Estamos llamados a ser profetas en este mundo, denunciando la injusticia y siendo mensajeros de la verdad y el amor.

Oramos para que todos los migrantes, refugiados y personas desplazadas puedan encontrar comunidades seguras y amorosas así como la oportunidad de salir adelante.

Y rezamos para que tengamos el valor de ponernos de pie y actuar para defender la dignidad humana de todos nuestros hermanos necesitados.

María, Reina de la paz, ruega por nosotros.

Amén

Oración por la paz en el mundo

Señor Jesús,

Tú guías sabiamente la historia de tu Iglesia y de las naciones, escucha ahora nuestra súplica.

Nuestros idiomas se confunden como antaño en la torre de Babel.

Somos hijos de un mismo Padre que tú nos revelaste y no sabemos ser hermanos, y el odio siembra más miedo y más muerte.

Danos la paz que promete tu Evangelio, aquella que el mundo no puede dar.

Enséñanos a construirla como fruto de la Verdad y de la Justicia.

Escucha la imploración de María Madre y envíanos tu Espíritu Santo, para reconciliar en una gran familia a los corazones y los pueblos.

Venga a nosotros el Reino del Amor, y confírmanos en la certeza de que tú estás con nosotros hasta el fin de los tiempos.

Amén.

Señor Enséñame a Perdonar

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .

Donde hay odio, que lleve yo el Amor.

Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.

Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.

Donde haya duda, que lleve yo la Fe.

Donde haya error, que lleve yo la Verdad.

Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.

Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.

Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar; ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.

Porque es:

Dando , que se recibe;

Perdonando, que se es perdonado;

Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.

Amén.

Haznos, Mejor Señor

Señor, de verdad deseo prepararme bien para este momento, deseo profundamente que todo mi ser esté atento y dispuesto para Ti.

Ayúdame a clarificar mis intenciones. Tengo tantos deseos contradictorios… Me preocupo por cosas que ni importan ni son duraderas. Pero sé que si te entrego mi corazón haga lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.

En todo lo que hoy soy, en todo lo que intente hacer, en mis encuentros, reflexiones, incluso en las frustraciones y fallos y sobre todo en este rato de oración, en todo ello, haz que ponga mi vida en tus manos.

Señor, soy todo tuyo. Haz de mí lo que Tú quieras.

Amén.

Señor Tú me conoces

Señor, Tú me conoces mejor de lo que yo me conozco a mí mismo.

Tu Espíritu empapa todos los momentos de mi vida.

Gracias por tu gracia y por tu amor que derramas sobre mí.

Gracias por tu constante y suave invitación a que te deje entrar en mi vida.

Perdóname por las veces que he rehusado tu invitación, y me he encerrado lejos de tu amor.

Ayúdame a que en este día venidero reconozca tu presencia en mi vida, para que me abra a Ti.

Para que Tú obres en mí, para tu mayor gloria.

Amén.

Protégenos Señor de los Milagros

Señor de los Milagros, en ti depositamos siempre nuestra confianza,
no nos desampares ahora Cristo Moreno,
no te olvides de tu pueblo,
ahora más que ayer necesitamos de tu intercesión para hallar la paz.

Aunque no podemos pararnos frente a ti,
nuestros corazones se cobijan a lado tuyo,
para sentirse protegidos y esperanzados en este tiempo de crisis,
porque nuestro país te necesita Señor nuestro.

Cristo Morado, queremos entregarte nuestras penas y alegrías,
líbranos de todo mal, y que todos tus hijos sepamos perdonarnos y reconciliarnos
por el bien de nuestras generaciones, y de todas las venideras.

También te rogamos por nuestros gobernantes
ilumina su pensamiento y su corazón,
para que nos guíen con inteligencia y responsabilidad
y no caigan en la corrupción en lo material y espiritual.
Dales Señor el don de la sabiduría
para que tomen las decisiones correctas en todo tiempo y lugar.

Santa María, protege nuestro país de cualquier desastre natural
y de los desastres políticos que venimos viviendo,
para que nuestra fe no se desanime
y la lucha de las calles no desencadene más muertes.

Dios bendiga nuestro país.

Amén.